⚡ Benedicto de huevos y salsa holandesa: clara de huevo espinacas

2. Con un batidor de mano, bata las yemas y el vinagre en un bol mediano hasta que se combinen, para crear la salsa holandesa (ver consejo). 3. Sobre un cazo con agua a fuego lento, poner la taza. En un chorro fino, verter gradualmente la mantequilla derretida, batiendo constantemente sobre el fuego hasta que la salsa se espese y quede brillante. Sazonar con sal y pimienta, luego retirar del sol, tapar y reservar la taza con film transparente.
3. Llevar la misma cacerola a ebullición, añadiendo más agua, la suficiente para escalfar los huevos si es necesario. Bajar el fuego hasta que hierva a fuego lento y aplicar al agua un chorrito de vinagre. Romper cada huevo en un recipiente o taza, utilizar una cuchara para remover el agua y luego dejarlo caer con cuidado en la sartén. Dejar hasta que la clara empiece a cuajar y transformar con cuidado en una forma ovalada con una espumadera (ver consejo).
4. Cocer a fuego lento durante 3-4 minutos o hasta que la clara esté cuajada y en el centro la yema esté blanda. Vigilar el fuego: bajarlo para evitar que se altere la forma del huevo si el agua empieza a burbujear de nuevo. Levantar y escurrir con cuidado sobre papel de cocina utilizando una espumadera.

🗯️ Receta fácil para el desayuno : espinacas, huevos y queso

1 Precaliente el horno a 200°C, marca de gas 6. En una tarrina amplia, ponga las espinacas con el agua que haya utilizado para lavarlas. Cocer hasta que las espinacas estén mustias y protegidas durante unos minutos. Escurrir bien, exprimir el exceso de líquido y añadir el condimento y la nuez moscada. Mezclar bien. Colocar una fuente de gratinado poco profunda, untada con mantequilla, sobre la base del (o 2 platos individuales).
2 En una pequeña sartén antiadherente, calentar la mitad de la mantequilla y añadir los champiñones laminados. Durante varios minutos, cocínalos a fuego fuerte hasta que se doren. Añade las espinacas. En una sartén pequeña, calentar la mantequilla restante, añadir la harina y cocinar durante un minuto. Apartar la leche del fuego y volver a ponerla al fuego. Llevar a ebullición, removiendo constantemente. Cocer a fuego lento durante unos minutos y luego incorporar el Parmigiano Reggiano y sazonar con la mezcla.
3 Utilice las espinacas para hacer un pozo y parta los huevos. Colocar sobre la salsa con el queso. Espolvorear con el pan rallado y poner un poco de mantequilla en el punto. Hornee hasta que los huevos estén apenas cuajados y la parte superior esté dorada, de 12 a 15 minutos (póngalo bajo una parrilla caliente si la parte superior necesita dorarse). Para absorber algunos jugos, servir con chapata con aceitunas u otro pan.

👍 Revuelto de espinacas de alimentación limpia

Las niñas crecieron comiendo queso y macarrones, y mucho. A los 16 años, cada dos noches, rechazan una mesa llena de comida india saludable en favor de la materia blanca pegajosa. A mamá le seguía preocupando que se fueran a la cama con hambre, así que se escabullía y se ponía a preparar un roux, y había macarrones con queso como por arte de magia. El sorprendente ritmo al que se exigía la hizo bajar el pie. Toda esa bechamel: ella no nos había criado con leche y harina, sino con malai y kadhi sindhi. No era nada seguro.
Una de las primeras cosas que aprendí a elaborar en la cocina fue la bechamel, y recuerdo sinceramente que pensé en lo jodidamente sosa y aburrida que era. Al igual que otras salsas madre, como la velouté y la holandesa, que al menos sabían a algo más que a leche espesada con queso, no le hacía ascos. Claramente, con el tiempo, me di cuenta de que la bechamel era más un vehículo de sabor que un resultado final, y hoy no puedo imaginar una lasaña sin bechamel o un sándwich croque sin mi fiel salsa blanca. Piensa en la brillante forma de hacer puré de patatas con ajo de Julia Child: depende de que el puré de patatas se mezcle a fuego lento con la bechamel con ajo para que te des cuenta de lo gloriosa que puede ser la bechamel. Fantástico, ¿verdad? ¿No necesitas más pruebas? El fabuloso blog Malabar Tea Room de mi amiga Aysha y su madre tiene una receta de Cazuela de pollo y arroz que es perfecta para esta época del año.

✨ Lasaña de champiñones y espinacas enrollada a mano con bechamel

Estos huevos florentinos rápidos son básicamente una versión vegetariana de los huevos benedictinos tradicionales que sustituye la salsa bechamel por los huevos florentinos clásicos. Cada huevo perfectamente cocido se coloca sobre un montón de espinacas bañadas en bechamel, se espolvorea con queso y se asa a la parrilla hasta que se dore. Es tan sorprendente y tan gratificante que nadie, excepto la persona en la cocina que se alegra de tener menos trabajo y menos tiempo fuera de la mesa, notará la diferencia.
Añada agua a una cacerola mediana, añada un chorrito de vinagre y llévela a ebullición. En el agua hirviendo, sumerja los huevos sin romper y cocínelos durante 6 minutos. Llena un bol grande hasta la mitad con agua helada cuando se estén cociendo. Cambiar los huevos al agua helada con una espumadera para que se enfríen un poco y, a continuación, quitarles la cáscara a los huevos pasados por agua.
Derretir la mantequilla en una cacerola mediana colocada a fuego medio. Incorporar la harina y cocinar durante unos 2 minutos, hasta que la mezcla empiece a hacer espuma. Baje el fuego, añada poco a poco la leche fría y cocine de 2 a 5 minutos, removiendo continuamente, hasta que la salsa espese. Retirar y añadir un poco de nuez moscada y sal del sol.