📓 Reglas del aula para el jardín de infancia

Para apoyar la orientación positiva de los niños, es importante proporcionar una variedad de experiencias. Esta lección describe cómo se pueden crear experiencias que sean adecuadas para el desarrollo de los niños y que les hagan participar en interacciones significativas. También proporciona información sobre las reacciones exitosas a los comportamientos difíciles.
Enumere ejemplos de cómo puede incorporar oportunidades en el preescolar para la orientación positiva. Aprenda cómo puede responder a los comportamientos difíciles. Discuta cómo puede trabajar con las familias para apoyar la orientación de los niños y abordar los comportamientos difíciles.
¿Cómo se producen las interacciones en su programa entre los niños, los adultos y las familias? Para anotar sus ideas iniciales y las formas de mejorar las interacciones, utilice el folleto de reflexión adjunto. Comparta sus reflexiones con un formador, entrenador o supervisor.
TACSEI (Technical Assistance Center on Social Emotional Intervention for Young Children, que desde entonces se ha fusionado con NCPMI) ha desarrollado la Serie de Conexión de la Mochila para proporcionar una manera de que los maestros, padres y cuidadores trabajen juntos para ayudar a los niños pequeños a desarrollar habilidades socio-emocionales y reducir el comportamiento difícil. Cuando se introduce una nueva estrategia o habilidad en la clase, se puede optar por enviar un folleto a casa en la mochila de cada niño. Cada folleto de la Conexión con la mochila proporciona información que ayuda a los miembros de la familia a mantenerse informados sobre lo que su hijo está aprendiendo en la escuela e ideas específicas sobre cómo utilizar la estrategia o habilidad en casa. Esta serie se ha desarrollado en colaboración con Pyramid Plus: el Colorado Center for Social Emotional Competence and Inclusion y el Bal Swan Children’s Center de Broomfield, Colorado. En el sitio web del NCPMI (National Center for Pyramid Model Innovations), puede acceder a la lista completa de folletos de la serie Backpack Connection: https://challengingbehavior.cbcs.usf.edu/Implementation/family.html#collapse22.

🙀 Normas y reglamentos de preescolar

Las normas familiares ayudan a crear un marco de referencia. Una norma familiar es una declaración específica y clara sobre los comportamientos que se esperan de su hijo. Cuando hay coherencia, previsibilidad y seguimiento, las normas funcionan mejor.
Las normas familiares ayudan a los niños a entender qué comportamientos están bien y cuáles no. A medida que los niños crecen, se encontrarán en situaciones en las que tendrán que obedecer las normas. En casa, seguir las normas ayudará a los niños a aprender a obedecer las normas en otros lugares. Romper las reglas y poner a prueba los límites es normal para los niños. Un seguimiento constante con consecuencias ayuda a que tu hijo comprenda claramente el significado de las normas cuando las rompe. Recuerda que a veces los niños pequeños rompen las normas porque simplemente se olvidan. Como los niños están probando los límites, no todas las reglas se rompen. Pero, sea cual sea el motivo de la infracción, nuestras respuestas deben ser las mismas.
Todo el mundo debe conocer, entender y seguir las normas para que las reglas de la familia funcionen bien. De este modo, los niños no reciben mensajes contradictorios sobre lo que está bien o no está bien. Por ejemplo, usted sabe que el tiempo de pantalla para los niños pequeños debe ser limitado, y quiere que la hora de la cena sea un momento familiar, por lo que establece una regla familiar de que no se permiten pantallas durante la hora de la cena. Su hijo puede sentirse confundido si otro cuidador revisa su teléfono durante la cena. El comportamiento de tu hijo será mejor si las reglas son apoyadas de la misma manera por todos los cuidadores. Esto es válido en la vida de su hijo, para los padres, los abuelos o cualquier otro cuidador.

😅 20 reglas del aula

Todos los niños, especialmente cuando están cansados, hambrientos, estresados o disgustados, se oponen de vez en cuando. Los padres, los profesores y otros adultos pueden discutir, replicar, desobedecer y desafiarles. La conducta oposicionista de los niños de dos a tres años y de los primeros adolescentes es una parte normal del desarrollo. Sin embargo, cuando es tan frecuente y consistente que destaca cuando se compara con otros niños de la misma edad y nivel de desarrollo y cuando afecta a la vida social, familiar y académica del niño, la conducta abiertamente no cooperativa y hostil se convierte en una preocupación seria.
En los niños con Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD) existe un patrón continuado de conducta no cooperativa, desafiante y hostil hacia las figuras de autoridad, que interfiere gravemente en el funcionamiento cotidiano del niño.
Los síntomas suelen observarse en varios entornos, pero en casa o en la escuela pueden ser más notables. Entre todos los niños y adolescentes en edad escolar, entre el uno y el dieciséis por ciento tienen TOD. Se desconocen las causas del TOD, pero muchos padres afirman que su hijo con TOD ha sido más rígido y exigente desde una edad temprana que sus hermanos. Las variables biológicas, emocionales y sociales pueden influir.

🧒 Explicando las reglas a los preescolares

Los síntomas centrales del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad son la falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad (TDAH). El éxito académico de un niño depende a menudo de su capacidad para atender a las tareas con una distracción mínima y a las expectativas del profesor y del aula. Esta capacidad permite al alumno obtener los datos necesarios, completar las tareas y participar en las actividades y debates del aula (Forness y Kavale, 2001). Si un niño exhibe conductas asociadas al TDAH, si no se implementan metodologías e intervenciones educativas apropiadas, las consecuencias pueden incluir dificultades con lo académico y con el establecimiento de relaciones con sus compañeros.
En los Estados Unidos, se estima que hay entre 1,46 y 2,46 millones de niños con TDAH; estos niños representan en conjunto entre el 3 y el 5% de la población estudiantil (Stevens, 1997; American Psychiatric Association, 1994). Hay más niños que niñas diagnosticados con TDAH; la mayoría de los estudios sugieren que los niños son diagnosticados con esta condición de cuatro a nueve veces más que las niñas (Bender, 1997; Hallowell, 1994; Rief, 1997). Aunque durante años se asumió que se trataba de un trastorno infantil que se manifestaba a partir de los 3 años y que desaparecía con la llegada de la adolescencia, la condición no se limita a los niños. Si bien los síntomas del trastorno pueden cambiar a medida que el niño envejece, ahora se sabe que muchos niños con TDAH no lo desarrollan (Mannuzza, Klein, Bessler, Malloy y LaPadula, 1998).