🥇 Síntomas del trastorno del procesamiento sensorial: lo que debes saber

¿Qué son exactamente los trastornos del procesamiento sensorial (TPS)? La palabra se aplica a las dificultades para hacer frente a los conocimientos recibidos a través de los sentidos. Estos problemas, también conocidos como trastorno de integración sensorial o trastorno de procesamiento sensorial, pueden tener un efecto importante en el aprendizaje y la vida cotidiana.
En algunas personas, el cerebro tiene dificultades para coordinar y reaccionar a la entrada de los sentidos. La sobrecarga sensorial puede ser causada por ciertos ruidos, vistas, olores, texturas y sabores. Las luces brillantes o parpadeantes, los sonidos ruidosos, ciertas texturas de los alimentos y la ropa rasposa son sólo algunos de los estímulos que pueden hacer que los niños se sientan confusos y molestos, y a menudo los niños experimentan una combinación de ambos. La hipersensibilidad es uno de ellos (hipersensibilidad). Como resultado, se produce la evitación sensorial, en la que los niños ignoran los estímulos sensoriales porque son demasiado abrumadores. La falta de sensibilidad es la otra (hiposensibilidad). En consecuencia, los niños se convierten en buscadores de estímulos sensoriales, buscando más estímulos sensoriales.
Sin embargo, algunos niños prefieren más estimulación sensorial que menos. Pueden querer alcanzar y tocar objetos, así como sentir el contacto físico y la presión. También pueden ser insensibles al dolor y tener una tolerancia al dolor excepcionalmente alta. Por ello, pueden disfrutar de los juegos bruscos y no ser conscientes de que están lesionando a otros.

🤯 Tratamiento del trastorno de procesamiento sensorial en niños

En este artículo se analizan los trastornos conocidos como trastorno de integración sensorial, trastorno de procesamiento sensorial y trastorno de control sensorial (SID/SPD/SMD). Ha habido cierto debate sobre cómo se conceptualizan estas enfermedades porque carecen de descripciones organizativas claras y fácilmente disponibles. En lugar de ahondar en los múltiples debates médicos, nos concentraremos en describir los síntomas que se cree que describen estas condiciones. Para empezar, resumimos un modelo de adaptación caracterizado por un contacto sensoriomotor continuo con el entorno para explicar el sentido general en el que interpretar los síntomas. A continuación, con el fin de crear fundamentos neuroanatómicos desde los que conceptualizar las presentaciones de los síntomas, repasamos un modelo integrado de doble nivel de la función cerebral. Se definen las funciones comúnmente aceptadas del neocórtex, los ganglios basales y el cerebelo para mostrar cómo las interacciones entre estas regiones cerebrales producen síntomas y comportamientos tanto adaptativos como patológicos. A continuación, se examinan los síntomas del SID/SPD/SMD dentro de este modelo interactivo, así como su efecto sobre la función inhibitoria, la memoria de trabajo, el crecimiento de la capacidad académica y la automatización del comportamiento. Discutimos las posibles etiologías de estos signos, no sólo porque causan trastornos del neurodesarrollo, sino también porque pueden interpretarse como variaciones en el desarrollo de la red neuronal.

➡ Terapia de integración sensorial

El trastorno del procesamiento sensorial (TPS) se ha relacionado durante mucho tiempo con el autismo, y a menudo son los síntomas externos los que contribuyen al diagnóstico. Durante varios años, se pensó que el TPS era un “síntoma” del autismo, pero un estudio pionero publicado en 2013 descubrió que tenía una base biológica que lo distinguía de muchos otros trastornos neurológicos. Recientemente se descubrió que el TPS es una condición separada del autismo, y que los niños pueden tener TPS pero no autismo, y viceversa.
El trastorno de integración sensorial (TIS) es una condición en la que el cerebro y el sistema nervioso tienen dificultades para reconocer e integrar los estímulos.
El TPS es un trastorno neurofisiológico en el que la retroalimentación sensorial -del entorno o del propio cuerpo- se percibe o percibe incorrectamente, lo que da lugar a respuestas atípicas. Procesar las sensaciones de calor o frío, de agotamiento o de hambre, de luces y de sonido puede ser difícil y distraer a un niño con SPD. El SPD también puede desencadenar reacciones irracionales que pueden provocar problemas de salud, como la incapacidad de registrar la temperatura de forma que la persona tenga que vestirse adecuadamente para su salud y seguridad. El SPD, al igual que el autismo, es un trastorno del espectro que puede afectar a un sentido, como el oído o el gusto, o a ambos. Como padre, las verdaderas dificultades del SPD consisten en determinar si su hijo está lesionado, tiene frío, hambre, etc., y luego ayudarle a autorregularse.

😃 Trastorno del procesamiento sensorial: terapia ocupacional

El trastorno del procesamiento sensorial (TPS) es la incapacidad de interpretar la información obtenida a través de los sentidos de forma que permita actuar con normalidad en la vida cotidiana. El TPS no es una condición única, sino una palabra paraguas que engloba una amplia gama de deficiencias neurológicas. La disfunción de la integración sensorial y la disfunción de la integración sensorial son otros nombres para el trastorno del procesamiento sensorial (DSI). El sistema nervioso central, en el que el cerebro es la “cabeza”, es donde se produce el TPS. El cerebro no puede hacer su trabajo más importante de coordinar las señales sensoriales cuando la memoria está desordenada. El niño es incapaz de responder a la información sensorial de forma coherente y consistente. También puede tener problemas para planificar y llevar a cabo las acciones necesarias utilizando la información sensorial. En consecuencia, le resultará difícil comprender. Muchos de los síntomas más comunes del Trastorno del Procesamiento Sensorial se resumen en la siguiente infografía, por cortesía de www.sensoryprocessingparentsupport.com.
El trastorno motor de base sensorial es la tercera categoría del TPS, y se divide en dos tipos: El trastorno postural, que implica problemas con los patrones de movimiento, el equilibrio y el uso de ambos lados del cuerpo (coordinación bilateral), y la dispraxia, que implica problemas para realizar movimientos sincronizados y voluntarios.