💘 ¡gaucho-tanz von stier bandit als dank!

Una paréntesis: las carreteras guatemaltecas expolan difuntos que bocinaron a la persona equivocada, que no se apuraron, que dieron envidia o miraron de una manera mala por el retrovisor; una luctuosa recapitulación de choferes, ayudantes, taxistas Como si los asaltantes estuvieran ronroneando sus motos en medio de la carrera, y los coches y autobuses se dirigieran a toda velocidad hacia el matadero.
Joyce Lee Malcolm y David Hemenway llevan más de una década representando los argumentos a favor y en contra de la posesión de armas, sin ignorar otros libros apologéticos o detractores. Malcolm enseña derecho en la Universidad George Mason y escribió Weapons and Violence: The English Perspective (2002); Hemenway es profesor de salud pública en la Universidad de Harvard y publicó Private Guns, Public Health (2004).
Según Hemenwey, “el enfoque más prometedor para reducir las lesiones por armas de fuego es centrarse en la prevención”. Para él, la clave está en evaluar cuidadosamente a quién se puede obtener un arma y con qué fin. Independientemente de quién la posea, se trata de un arma que tiene la capacidad de causar daños a otras personas (lo que se traduce en atención médica financiada por el Estado, investigación, acciones legales y duración de la condena). Hemenwey considera que la responsabilidad social es más importante que la elección individual. Esta idea ha encendido la indignación de muchos estadounidenses, que consideran que la adquisición de derechos militares está a la altura de la compra de productos electrónicos, cigarrillos o cerveza.

🔔 Patacones o tostones de plátano con queso

Hay una literatura latinoamericana que se separa y, en cierto modo, niega la magia espiritual de las sagas familiares, las recetas culinarias apasionantes, las vidas solitarias o las sociedades mafiosas. Hay una corriente rejuvenecedora en la que las gentes dedicadas a la literatura, tanto en cuerpo como en mente, se dispersan más en su mundo de escritura necesaria que en vanidades provocadoras. Andrea Jeftanovic parece formar parte de esta comunidad de defensores de la otra literatura latinoamericana abierta al mundo, como parece validar su primer y sólido libro, Escenario de guerra, que nos llega gracias a la apuesta de Ediciones Balad por autores de todo el mundo.
La novela del autor chileno (Santiago de Chile, 1970), hurga sin complejos estilísticos en el triste, hiriente y solitario pasado familiar de una mujer, Tamara, perteneciente a una generación que se adentra en el nuevo siglo convertida en una.

🤯 Roberto de la rosa – pesadilla en la cocina – entrevista

La industria nuclear de México es muy pequeña. Sólo hay una central nuclear, Laguna Verde, que cuenta con dos BWR (reactores de agua de amortiguación) de General Electric. Sin embargo, el historial de accidentes nucleares y la represión que se ejerce contra quienes hacen denuncias sobre el funcionamiento de la central la hacen excepcional.
Estos informes condenatorios internacionales son el resultado de una larga historia de acontecimientos en el centro. Los operarios que alertaron a las autoridades de estos sucesos fueron amenazados, detenidos y al menos uno fue apresado y torturado (3).

⚫ Somos 3 – soñé (video oficial)

Jesmyn Ward es autora de libros como Where the Line Bleeds (2008) y Quedan los huesos, que recibió el National Book Award en 2011. También es autora de Los hombres que cosechamos (2013), unas memorias que fueron finalistas del National Book Critics Circle Award, y editora de The Fire This Time: A New Generation Speaks About Race, una colección de ensayos y poemas (2016).
Con el bocadillo en la mano, continúa. La puerta se cerró de golpe, y yo la cerré de golpe. “¿Vas a dejarme solo?”, pregunté, pero el sándwich me tiró una bola en el estómago, inmovilizado por el pánico que rodó por mi garganta desde mi estómago; nunca había estado solo en mi casa.
Conduca un Chevy Malibu granate claro que Pa y Ma habían comprado cuando terminó la escuela. Leonie salió del portal, deslizó una mano por la ventanilla para tomar aire o para descansar, no estoy segura de qué, y avanzó. Estar sola en la casa, que era tan silenciosa, me daba escalofríos, así que me senté en el porche un rato, pero entonces oí cantar a un hombre con voz aguda, que cantaba fatal y repetía las mismas palabras una y otra vez.