💞 Autismo y sensibilidad sensorial

Las personas que padecen hipersensibilidad son hipersensibles a su entorno. Sabrás lo que es la hipersensibilidad sensorial si alguna vez te ha molestado el sonido de un grifo que gotea o una camisa demasiado ajustada, o si te estremeces cuando alguien te roza el hombro.
Algunas personas también pueden sufrir una sobrecarga sensorial, que se produce cuando el sistema nervioso de una persona se ve abrumado por los estímulos sensoriales y es incapaz de absorberlos o darles sentido. Como es de esperar, esto puede ser extremadamente estresante, incómodo y a veces insoportable.
Aunque cualquiera puede desarrollar hipersensibilidad sensorial, algunas afecciones, como el autismo, los trastornos del procesamiento sensorial, el trastorno de estrés postraumático, la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, hacen que las personas sean más vulnerables.
“Cuando llego a una zona concurrida, mis senos nasales se ven abrumados por diversos aromas, lo que me dificulta la respiración”, explica Patricia. “Las mujeres que llevan mucho perfume, así como el humo de los cigarrillos, son dos de los peores culpables. Otro olor que me pone enferma son las palomitas rancias de los cines”.

😍 Diferentes tipos de trastornos del procesamiento sensorial

Los niños hipersensibles suelen reaccionar de forma exagerada a los ruidos, las emociones y otras interacciones desagradables. A muchos padres les preocupa que sus hijos hipersensibles sufran problemas de procesamiento sensorial que necesiten ayuda clínica.
Que un niño sea muy sensible no siempre indica que padezca un trastorno del procesamiento sensorial, a menudo denominado disfunción de integración sensorial. Muchos niños son hipersensibles a ciertos estímulos, como los ruidos fuertes, el ruido de fondo y las emociones de otras personas. Un niño muy sensible puede temer a las multitudes, tener miedo a las caricias no deseadas u odiar los juegos.
Un niño que se estremece ante el sonido de la cisterna del váter es obviamente hipersensible, pero a menos que se produzca una reacción dramática, como hacer ruidos fuertes para ahogar el sonido o caer al suelo con las manos apretadas contra las orejas, es poco probable que tenga un trastorno de procesamiento sensorial.
No siempre es fácil distinguir entre la hipersensibilidad y los trastornos reales, pero saber detectar algunos signos reveladores puede ayudar. Los niños muy sensibles responden a una variedad de estímulos, entre ellos:

✅ Trastorno del procesamiento sensorial: terapia ocupacional

Realidad: Los médicos y otros profesionales son conscientes de las dificultades que plantean estos problemas. Real, no existe un diagnóstico formal de “problemas de percepción sensorial”. Los términos “trastorno de procesamiento sensorial” y “trastorno de integración sensorial” todavía están en disputa. Eso no quiere decir que los retos no sean ciertos. Los terapeutas ocupacionales, en realidad, también desarrollan planes de terapia especializados para los problemas sensoriales.
Hay dos formas de trastornos del procesamiento sensorial, y muchos niños tienen una combinación de los dos. Algunos niños son hipersensibles (demasiado sensibles) a los conocimientos recibidos a través de sus sentidos. Como consecuencia, pueden evitar esos sonidos o sensaciones porque les resultan demasiado abrumadores.
Los niños, por el contrario, pueden ser insensibles (hiposensibles). Esto conduce a la búsqueda sensorial, en la que los niños buscan más estímulos sensoriales. El calor, el frío, el dolor y otros estímulos pueden tener poco o ningún efecto en estos niños. Para los padres, esto puede ser aterrador.
Dato: Cuando pensamos en nuestros sentidos, normalmente sólo pensamos en la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto. Sin embargo, existen otras percepciones. La percepción del cuerpo (propiocepción), el equilibrio y la orientación espacial están regulados por el sexto y el séptimo sentido (el sentido vestibular). Estos dos aspectos sensoriales afectan a los niños.

↪ ¿qué es el trastorno del procesamiento sensorial? | desarrollo infantil

Es difícil convivir con la hipersensibilidad, sobre todo cuando se es un bebé. Afecta a su percepción básica del mundo que les rodea, y es comprensible que muchos padres y tutores intenten solucionarlo. El problema es que la mayoría de los tratamientos fracasarán si no se sabe cuál es la causa de la hipersensibilidad en primer lugar.
Incluso para los padres y tutores de niños con hipersensibilidad, reconocer la afección puede ser difícil. La hipersensibilidad se refiere a una mayor sensibilidad a los estímulos sensoriales. Puede afectar a cualquiera de los cinco sentidos (tacto, vista, oído, olfato y gusto) y, en algunas personas, puede incluso afectar a varios sentidos.
El ser humano utiliza sus sentidos para ver, experimentar y comprender la vida y el mundo que le rodea. Nuestra percepción física de la vida está formada por lo que vemos, percibimos, sentimos, saboreamos y olemos, lo que básicamente configura nuestra experiencia consciente.
Los niños con hipersensibilidad suelen quejarse de sensaciones sensoriales que los demás consideran naturales. Puede ser casi difícil para ellos regular su reacción ante estímulos sensoriales intensos, ya sea un sonido, una sensación o un olor.