🦝 Receta de callos

Madrid, un centro cultural con museos de categoría mundial e impresionantes edificios históricos e iglesias, alberga una de las cocinas más interesantes y diversas del país. “La capital de España es un destino que ningún gourmet debería perderse”, dice Paula Móvil, escritora de estilo de vida de Condé Nast Traveler (España). “Simplemente lo tiene todo”.
Kappo es, para muchos, el lugar cuando se trata de auténtica comida japonesa y servicio refinado. El restaurante, situado a un paso del Museo Sorolla, está dirigido por el chef Mario Payán, conocido por su paso por el Kabuki, con una estrella Michelin. Reserva un asiento en la barra y observa cómo se prepara cada plato al estilo omakase, y luego se sirve directamente de las manos de Payán. Uh, $$$]
El propietario Javier Bonet tomó una antigua carnicería y la convirtió en un restaurante basado en la carne de vacuno. Aquí no hay mesas, solo unos largos mostradores donde los pedidos se introducen en un iPad y los platos se sirven en bandejas metálicas forradas de papel. Abierto desde 2013, el imaginativo concepto culinario de Bonet, centrado en el producto, sigue siendo un destino muy concurrido para cenar. $$]]—

🌻 Receta de mondongo al estilo filipino

En el acomodado barrio madrileño de Chamberí, una tasca moderna dedicada a servir despojos de origen local, Javi Estévez ha creado algo verdaderamente especial. En la época de posguerra de la generación de sus abuelos, este chef de 32 años está reavivando la pasión por los ingredientes y los platos que se han hecho famosos. Su obsesión por elaborar platos a partir de los trozos no utilizados por otros chefs llevó a Estévez a desarrollar la característica cabeza de cochinillo, su plato más famoso. Del tamaño de una pelota de béisbol, se escalfa en aceite de oliva durante la noche, luego se fríe y se sirve como un sencillo aperitivo de bar con una ensalada.
Un nutritivo guiso de callos, morcilla, manitas y morros de cerdo, chorizo, sofrito de verduras, tomates y garbanzos es la versión de Estevez de los callos, la comida original de Madrid. En cada taza, se puede saborear la historia de Madrid. La comida moderna enraizada en la tradición de La Tasquería puede convertirte en un creyente si estás cansado de las partes extrañas.

🤗 Receta de callos del sur

No hay mejor manera que a través de su cocina tradicional para enamorarse de un lugar. Comidas completas, aperitivos, bebidas y dulces: todos ellos conducen al corazón del turismo. La capital española de Madrid tiene sus propios platos especiales y originales que pueden hacer de la estancia en esta ciudad un maravilloso viaje para explorar la gastronomía. Empecemos por enumerar algunas de las comidas más destacadas de Madrid y sigamos con los consejos sobre el mejor lugar para encontrarlas.
El cocido madrileño es un plato popular de invierno con tres componentes diferentes: caldo espeso, garbanzos y carne. En muchos restaurantes de Madrid es fácil encontrar este sabroso y rico plato, que tiene una larga historia y es muy querido por muchos madrileños (y por sus estómagos). Su historia es la explicación de ello. Este guiso se llamaba “olla podrida” porque era la forma de aprovechar todas las sobras e incluso los cortes de carne más secos. Se sirven tres raciones del cocido madrileño: primero, sopa y pasta, luego garbanzos y verduras, y por último, carne. Es demasiado bueno para un día frío de invierno como para dejarlo pasar; ¡no te lo pierdas!

👅 Receta de callos a la madrileña

Cortar los callos en trozos (no muy pequeños). Se limpian muy bien con una trotadora. Para ello, ponlos durante una hora en agua saturada de vinagre y sal. Tirar el agua después de ese tiempo, remojarla un poco más y escurrirla.
Volver a poner la carne en una olla y cubrirla con agua fría. Añade la cebolla, el puerro, la zanahoria y cuatro dientes de ajo. Salar y cocer todo durante una hora y media, si se trata de una olla a presión, y en una olla estándar a fuego lento durante 3,30 horas.
Apagar el fuego y poner los callos con parte de su agua en otra olla. Sacar la manita, por el otro lado, y cortarla en trozos para luego aplicarla a los callos. Incluso, con un poco de caldo de cocción, coger la cebolla, la zanahoria, el ajo y el puerro y triturarlos. Reservar. Reservar. Por último, reservar también el agua de cocción y, por otro lado, el chorizo y la morcilla.
Cubrir con el caldo de cocción que habíamos reservado y cocer todo durante unos 30 minutos a fuego lento. Otra posibilidad es ir poniendo agua poco a poco, para que los callos no queden demasiado aguados.