Después de un largo día de trabajo y responsabilidades, es necesario volver a casa para relajarse. Si bien es cierto que pasar tiempo de calidad en la cama o en el sofá leyendo, escuchando música o viendo televisión proporciona energía y entretenimiento, no se compara con pasar tiempo de calidad en un jacuzzi.
Los sistemas de jacuzzi y spas aportan numerosos beneficios y ventajas para la salud tanto física como mental. Por lo que si se puede hacer la inversión en uno, no hay que dejar de disfrutar de las ventajas que brinda. En este caso, por la salud vale la pena el gasto.
Pero, ¿por qué comprar un jacuzzi para tener en casa? Los beneficios para la salud al adquirir e instalar un equipo de estos en las residencias son numerosos. Hay que probar usarlos una primera vez para notar los cambios en el cuerpo. Estos son los beneficios de usar un jacuzzi de forma regular:
Sensación general de bienestar
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Los chorros de agua caliente al entrar en contacto con el cuerpo, tonifican los músculos, relajándolos y liberando el ácido láctico que se acumula por el estrés cotidiano. Esta sensación de bienestar hace que el cerebro libere endorfinas y no solo hay mejor salud física, sino también mental. Por eso se recomienda para personas con algunos problemas de salud ligados al sistema muscular, de articulaciones y ligamentos, sino también para quienes padecen ansiedad, insomnio, depresión y estrés.
Contribuye a la flexibilidad muscular
Cuando hay accidentes o lesiones de alguna naturaleza por golpes o patologías, los chorros de agua caliente del jacuzzi ayudan a regenerar las células del tejido muscular o de las articulaciones. Es así como se recomienda para pacientes que hacen fisioterapia o para atletas de alto rendimiento.
Alivia los dolores
Con un jacuzzi exterior se le puede decir adiós a los dolores de pies, piernas, espalda, zona lumbar, cuello y hasta jaquecas porque además de que sus chorros de agua tonifican y relajan los músculos, la sensación de instalar un spa en la terraza o patio y poder ver el cielo, recibir el sol o ver las estrellas en una noche veraniega, ayuda a sentirse mejor.
Estimula la circulación y el sistema linfático
El agua caliente y la presión de los chorros (que se pueden regular a voluntad) aceleran el proceso de metabolismo, favorecen la irrigación sanguínea y ayudan con el proceso de desintoxicación del organismo. Con esto se alivia la sensación de cansancio o fatiga persistente cuando hay estrés por las labores cotidianas.
Permite una piel de aspecto más saludable
Porque los chorros de agua caliente contribuyen a la exfoliación y caída de las células muertas, además abre los poros y permite una limpieza profunda con lo cual la piel se siente suave, lozana y flexible.
Es aliado contra alergias
En caso de congestión nasal, alergias, asma y otros problemas respiratorios, el agua caliente y el vapor que emanan los spas y jacuzzis hace que desaparezca y ayuda a respirar mejor y, por ende, a no sentir cansancio.
Consejos para usar un jacuzzi
Antes de usar un sistema de spa o jacuzzi es recomendable tomar en cuenta lo siguiente:
- Establecer la temperatura correcta del agua: para un uso adecuado y un mejor rendimiento, la temperatura del agua debe estar entre 35 y 38 grados centígrados.
- Ajustar la intensidad de los chorros de agua: los jacuzzis y spas ofrecen diferentes niveles de intensidad. Los expertos médicos y fisiatras recomiendan comenzar usando la presión más suave primero y después las más fuertes.
- Ducharse antes de entrar al jacuzzi: así, la grasa corporal, los perfumes, el maquillaje, las cremas y todo elemento contaminante se elimina del cuerpo.
- Usarlo a intervalos de media hora, pues de lo contrario se puede tener efectos negativos en la salud. No está demás consultar con el médico de cabecera, sobre todo si se tienen hernias cervicales o lumbares, se es hipertenso, se sufre de artritis u otras enfermedades crónicas.
- Buscar asistencia profesional de técnicos capacitados y con experiencia para hacerle mantenimiento de forma periódica para que todos los sistemas trabajan muy bien.